10 abril 2007

interesantes palabras

no te la pegas a menos que quieras

y no te la pegan a menos que quieras

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y es que hay tanta sabiduría
tantas veces solapada por la ceguera del rugir de la sangre...
y vuelta de nuevo a la sabiduría..
y otra vez a la sangre..
bendita rueda en el camino..
María!!

... dijo...

si, la intuición q se me escapa por los poros, como a ti, aunq a veces lo niegues...

Anónimo dijo...

Jorge B.

"... Había nacido la única música universal del siglo, algo que acercaba a los hombres más y mejor que el esperanto, la Unesco o las aerolíneas, una música bastante primitiva para alcanzar universalidad y bastante buena para hacer su propia historia, con cismas, renuncias y herejías (...), una música que permitía reconocerse y estimarse en Copenhague como en Mendoza o en Ciudad del Cabo (...), algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o que quizá había otros caminos y que el que tomaron era el mejor, pero que quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias..." Extraído del capítulo 17 de Rayuela de Julio Cortázar

La vida, como el jazz, caminos...